si lo llega a conocer...
Pocas cosas hay tan bellas
como el bello hermano mar:
la luna, el sol, las estrellas...
y dejo de comparar.
Nadie –sin verlo– imagina
la sirenita marina...
Ni el verde ensueño que espera
cuando –con mágico son–
la oleada canción marera
olea en el corazón.
Un amorcito en la playa
acaso encuentre, quien vaya.
Un amorcito playero
–con el mar como padrino–
si –además– es el primero
¡es un premio del destino!
Nadie vuelve a ser quien era
tras la cita marinera.
Elsa Bornemann
De que se trata exactamente esta poesia
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